jueves, 31 de octubre de 2013

Arquitectura: Disciplina que trasciende lo material


Por Eduardo Valverde

Y con un lápiz y un papel, trazó un universo de ilusiones, de sueños…

Que hace un arquitecto? Porque es importante contratar uno la hora de construir?
Desafortunadamente en nuestro país, una gran mayoría de personas, desconoce a ciencia de cierta la respuesta a estas interrogantes.                             
  La arquitectura nace a partir de una necesidad. La necesidad primaria de cobijo y protección contra las inclemencias del tiempo, animales peligrosos y demás amenazas externas. Sin embargo, a medida que los seres humanos se vuelven sedentarios, surge la necesidad de planificar y construir edificaciones más permanentes. Esto trae consigo la tecnificación progresiva de los sistemas constructivos y eventualmente, la designación de una cabeza o líder que organice el trabajo y que establezca las pautas a seguir en la parte formal y funcional. Al principio, la arquitectura se remitía primordialmente a la construcción de ciudades relativamente pequeñas, sin embargo y con el florecimiento de grandes civilizaciones como la antigua Grecia, los arquitectos empezaron a separarse de la clase trabajadora para convertirse en aliados de los emperadores en la construcción de elementos arquitectónicos con alto valor religioso e institucional. Por ejemplo, se conocen hasta el día de hoy, algunos de los arquitectos más renombrados de aquella época, como Ictino  y Calícrates quienes proyectaron  el Partenón (447-432 a.c) o el mismo K'inich Janaab' Pakal  (23 marzo de 603-28 agosto de 683)….arquitecto-rey Maya que proyectó grandes obras arquitectónicas como el Palacio de Palenque en el estado mexicano  de Chiapas
Se conocen también, algunos arquitectos responsables del periodo gótico ( siglo XI-XV aprox) como Guillermo de Sains, responsable del diseño y construcción de la Catedral de Canterbury en Inglaterra.  Además, durante el Renacimiento (siglos XV y XVI) y con el patrocinio de reyes y papas, se construyeron grandes obras como la  plaza de San Pedro (1656 y 1667) obra de maestro arquitecto Gian Lorenzo Bernini (1598-1680).
Durante épocas más recientes nombres como Antoni Gaudí (1852-1926) y Frank Lloyd Wright (1867-1959) fueron creadores de monumentos arquitectónicos que se convertirían en referentes a nivel mundial de la arquitectura e inspiración de muchos arquitectos   contemporáneos. Entonces, si la arquitectura es una disciplina tan antigua y tan respetada desde tiempos inmemoriales, porque en este país los arquitectos  son considerados meros “firma planos”. Cuál es la diferencia entre firmar un plano y diseñar, planificar y asesorar una obra? Y no menos importante, cual es la diferencia entre un arquitecto  y un ingeniero civil?

El proceso de diseño arquitectónico
Existe un proceso de diseño. Este proceso es como una relación amorosa entre dos personas. Si existe buena comunicación, respeto y transparencia las cosas saldrán bien. La buena química entre el cliente y el arquitecto es fundamental para llegar a buen puerto. El proceso de diseño arquitectónico se divide en tres etapas primordiales:
Estudios preliminares y anteproyecto: En esta fase, se realizan las entrevistas iniciales con el cliente para determinar lo que quiere, por ejemplo, materiales, área y costos. También se realizan visitas al sitio para determinar si el terreno está en condiciones físicas y legales para proceder con el proyecto. Posteriormente se entrega la primera idea generalmente representada a través de maquetas físicas o digitales y planos en dos dimensiones con distribución de espacios e intenciones constructivas.
Después de la aprobación de la primera fase, se procede a la fase de planos constructivos y visado de planos en el colegio respectivo. Aquí se detallan los planos y se agregan toda la información que se necesita para que el maestro de obras pueda construir la obra, incluyendo detalles constructivos, materiales, diseño mecánico y eléctrico entre otros. Además se agrega la firma del profesional responsable de la obra.
La tercera etapa es la de dirección técnica, que consiste en inspecciones periódicas. Dos inspecciones semanales es el mínimo que estipula la ley.  Esta parte es de vital importancia puesto que determina que las cosas que se establecieron en los planos constructivos se lleven a cabo tal cual fueron decididas.
Entonces, si el proceso de diseño y construcción implica tanto trabajo, esfuerzo y responsabilidad, porque la gente cree que una firma es suficiente y que se pueden omitir pasos y hasta información para abaratar los costos de visado de planos y demás?
Esto puede deberse a varios factores:
1.        La poca trayectoria arquitectónica de nuestro país. Hasta hace poco más de 20 años, la arquitectura era una disciplina para las clases pudientes.

2.       La mayoría de familias de clase media alta y media baja preferían construir y esperar la multa de la municipalidad que hasta hace poco, consistía en pagar la suma de 35 000 colones (aproximadamente $70) más la presentación de un croquis.
3.       La gente no entiende ni valora la importancia del buen diseño y de contar con espacios debidamente distribuidos, ventilados,  iluminados y debidamente proporcionados. Lo ven como algo prescindible y por tanto algo por lo cual no vale la pena pagar. Mejor invertir esta plata en construir una habitación más o una sala más grande.
4.      Muchos profesionales se prostituyen y se prestan a cobrar sumas ridículas por el visado de planos. Esto hace difícil cobrar lo establecido ya que siempre existe la “otra opción”
Entonces, se devela ante el arquitecto una gran encrucijada. Cobrar lo que establece la ley y arriesgarse a no tener mucho trabajo,  o prostituirse, olvidarse del diseño y simplemente firmar planos a ciegas para poder sobrevivir?
El gran problema de la segunda opción, es que se convierte en un círculo vicioso. Pronto el diseño y la calidad de vida de los usuarios, la parte simbólica, de identidad y el buen gusto pasan a segundo plano y esto desemboca en obras de calidad mediocre estética, estructural y funcionalmente.
Por otro lado, se tiende a confundir los arquitectos con los ingenieros. Ahora bien, ¿qué hace cada uno? ¿Cuál es más importante? En primer lugar la arquitectura es una disciplina que se mueve entre las artes y la ciencia, existe una fase conceptual, una parte espiritual, que no se puede explicar con palabras, pero que es el embrión que da origen a la obra arquitectónica, esta fase es alimentada por la identidad, por las necesidades del usuario o por la necesidad de transmitir un mensaje. Sin embargo, existe una contraparte material, la estructura, los costos, la parte funcional, el clima, para citar solamente algunos, que son también de vital importancia para que la obra se concrete y funcione de manera exitosa.
Moverse de forma versátil entre ambos campos determina la calidad final de un proyecto.
Un ingeniero civil por otro lado se encarga solo de la parte material de una obra. Esto es básicamente, asegurarse que la obra sea estructuralmente viable y segura para sus ocupantes. Además asesora al arquitecto en materia de proporciones de materiales, por ejemplo cantidad de acero requerida en columnas, vigas y fundaciones de concreto armado. Un ingeniero no es un diseñador, solamente sigue formulas preestablecidas, sin embargo, su criterio es muy vital para asegurar la integridad estructural de la obra. En este sentido, un arquitecto y un ingeniero, son igual de importantes, y mientras existan buenas relaciones y respeto entre ambos, las cosas fluirán con éxito.
La arquitectura  como  moda
Actualmente a la arquitectura se le agregan adjetivos como sostenible, retro, deconstructivista, de vanguardia, minimalista y otros. Sin embargo, no debemos olvidar que la arquitectura es solo una. La forma final es producto de variables conceptuales, contextuales, funcionales, culturales y más. En este sentido, un arquitecto no puede hacer arquitectura orgánica solamente, o minimalista solamente. Cada proyecto tomara la forma que dicte la combinación e interacción de todas estas variables.
Louis Khan, uno de las grandes arquitectos del siglo XX decía que el espacio donde se va a construir un edificio “quiere ser”, haciendo referencia a la identidad. Si negamos la identidad que se sugiere, estaremos forzando su naturaleza y consecuentemente existirá siempre conflicto entre las fuerzas que enlazan los espacios, provocando perturbaciones entre sus usuarios.
La arquitectura es más que todo una necesidad del ser humano. El espacio que habitamos debe tener tanta importancia como nuestra propia salud. Contar con la asesoría de un buen arquitecto es tan importante como tener un buen dentista o un buen abogado.
Así que atrévase a experimentar la magia de la arquitectura. La magia de crear no solo edificios, pero comunidades más agradables y humanas. Espacios que se vuelvan una extensión de nuestra piel y nuestra personalidad.


domingo, 24 de marzo de 2013

Arquitectura para el fin del mundo




Cuando muera, quiero ser enterrado en medio del bosque…así,  podré renacer en hojas verde tierno, en frutas que divisan desde arboles altísimos el mar azul…enredaderas que ahora se deslizan furtivamente entre  las ramas de los árboles, las piedras, los ríos…En manantiales de agua cristalina que acarician las piedras y que con su risa alegre saludan a los pájaros multicolores. Quiero tambiénrenacer en las primeras lluvias de Mayo, que cuales lágrimas de felicidad, inundan de esperanza los campos verdeazulados  y los caminos polvorientos


 La sociedad nos enseña a pensar de forma lineal, un principio y un fin. Sin embargo la vida tiene un comportamiento más bien cuántico. Económicamente se nos enseña a pensar en escases. La plata no alcanza es probablemente una de las frases más populares en estos días. El temor a un colapso económico mantiene en vilo a la humanidad y parece acechar cual sombra maligna la tranquilidad de todos.  Los medios de comunicación por su parte, se inundan de debates sobre las posibles soluciones y acciones a tomar para salvar a la humanidad de semejante desfalco económico. Sin embargo, ¿Qué ha provocado esta crisis y como afecta esta, la forma en que hemos venido  haciendo arquitectura en Costa Rica?
Probablemente una de las sociedades más sostenibles fue la de nuestros abuelos.  No existían tarjetas de crédito, ni hipotecas, toda compra se hacía al contado y para esto existían un tiempo previo ahorro. Si no había dinero para comprar algo simplemente se esperaba hasta tenerlo. Desde el punto de vista constructivo, se usaban los materiales que se tenían a la mano. Madera, piedra, barro estaban a la orden del día. Las soluciones climáticas eran simples pero efectivas. Dobles alturas, petatillos, ventanas dispuestas estratégicamente para ventilar e iluminar naturalmente. Uso de vegetación, en su mayoría nativa extraída de las montañas cercanas, agregaban no solo belleza sino confort al reducir las temperaturas y detener las ráfagas de viento y polvo.
La mayoría de estos materiales se extraían de forma manual consumiendo un nivel muy bajo de energía durante el proceso y su degradación no implicaba grandes lapsos de tiempo.

Pero que paso?
 Una pequeña reseña histórica.

Durante muchos años la arquitectura fue más bien una disciplina para un grupo reducido de personas que tenían la capacidad económica para  pagarla. La mayoría de edificaciones representativas diseñadas y construidas durante el siglo XX fueron institucionales, religiosas o bien pertenecientes a la clase pudiente de nuestro país. Sin embargo durante los años 90, el mundo puso la vista en nuestro Costa Rica,esto en gran medida debido a la obtención del premio Nobel de la Paz. Costa Rica se convirtió entonces en un destino muy atractivo para los inversionistas que rehuían las ya cada vez más desarrolladas y saturadas playas mexicanas como Cancún y Acapulco. Costa Rica ofrecía un ambiente políticamente estable, playas hermosas y gente amigable.

 A partir de aquí, se desencadeno una ola de desarrollo cuyo principal eje conductor era la inversión de grandes cantidades de dinero en obras inmensas, donde el derroche y los excesos estaban a la orden del día. Sin embargo, todos estaban demasiado ocupados pasándola bien  y nadie siquiera se imaginaba que todo este derroche podía llegar a su fin. Fue así como la crisis tomo a todo el mundo de sorpresa. Muchos perdieron sus trabajos y muchas empresas se fueron a la quiebra, afectando profundamente la economía del país.  
Durante una crisis dos de los sectores que se ven más afectados son el turismo y la construcción. La gente no viaja ni construye ya que prefiere retener el capital para satisfacer necesidades inmediatas como la compra de alimentos, el pago de recibos o simplemente para tener un fondo en caso de emergencia.  Fue así como la forma de venir haciendo arquitectura dio un giro y genero una encrucijada, un cambio de paradigma y aquellos que venían a invertir sus dinero ahora pensaban las cosas dos veces tratando de aprovechar al máximo el espacio, evitando el desperdicio.
Se dice que él que  logra adaptarse al cambio es el que sobrevive, sin embargo, muchos están todavía a la espera que alguien  venga a salvarnos.

Estrategias para el cambio

El primer paso para adaptarse es un cambio de actitud. La sobriedad y  un adecuado planeamiento a la hora de construir son fundamentales para reducir el desperdicio y por ende ahorrar energía y dinero. La sostenibilidad en arquitectura no implica solamente usar materiales amigables con el ambiente o ventilación e iluminación natural si no que existe también la sostenibilidad económica, la cual se logra usando de manera racional los recursos disponibles y por consiguiente asegurando la disponibilidad de los mismos a futuro. Por ejemplo algunas variables importantes a la hora de construir que propician el ahorro son:
-Pensar en espacios más pequeños pero diseñados adecuadamente es un factor vital para evitar el desperdicio.
-Evaluar la posibilidad de reutilizar materiales. Algunos materiales que consideramos basura podrían ser usados en nuestra construcción reduciendo los costos, como tarimas, contenedores, llantas, botellas entre otros.
-Simplicidad. Reza una frase que si es difícil de dibujar es difícil de construir. Diseños demasiado complicados propician el desperdicio si no se piensa en los materiales usados desde su conceptualización. La mayoría de materiales disponibles en el mercado están pensados para seguir un patrón ortogonal, así que si nos ponemos muy orgánicos es posible que terminemos con una montaña de desperdicios en nuestra obra. 

Lo orgánico no necesariamente es sostenible.

-Sembrar: Podemos vivir sin automóviles, sin celulares sin tecnología…pero nadie puede vivir sin comer. Destinar espacios para sembrar debe ser una variable obligatoria a la hora de diseñar. Actualmente la horticultura es la segunda práctica más popular en el mundo e  incluso en grandes ciudades, la gente siembra en las azoteas y las ventanas de los edificios.
Sembrar vegetales, hierbas y plantas medicinales no solamente nos va a reducir la cuenta del supermercado y de la farmacia, sino que va a mejorar la calidad del espacio que habitamos y hacerlo más agradable. Según un estudio de la NASA existen tipos de plantas, las cuales son perfectamente accesibles, que ayudan a purificar el aire de un espacio eliminando componentes tóxicos como los formaldehidos. Algunas de ellas son  la lengua de suegra, la millonaria y la palma amarilla, plantas que se encuentran en cualquier charral de nuestro país.
El primer paso para enfrentar un cambio de paradigma como el que vivimos en este momento, es detenernos y reflexionar. Piense  que muchas de las cosas que usted posee en este momento, no son indispensables y que perfectamente podría vivir sin ellas. Cambiar de actitud implica ser conscientes de que en este momento, millones de personas en el mundo no tiene donde vivir ni que comer. El ahorro y la sobriedad a la hora de construir no es solo bueno para nosotros mismos, es respeto por nuestro frágil planeta, por la humanidad y por los que vienen.

Así que si se viene el fin el mundo, que no lo tome por sorpresa otra vez…
Camine más, siembre más, viva más!