Por Eduardo
Valverde
Y con un lápiz y un papel, trazó un
universo de ilusiones, de sueños…
Que hace un
arquitecto? Porque es importante contratar uno la hora de construir?
Desafortunadamente
en nuestro país, una gran mayoría de personas, desconoce a ciencia de cierta la
respuesta a estas interrogantes.
La arquitectura nace a partir de una
necesidad. La necesidad primaria de cobijo y protección contra las inclemencias
del tiempo, animales peligrosos y demás amenazas externas. Sin embargo, a
medida que los seres humanos se vuelven sedentarios, surge la necesidad de
planificar y construir edificaciones más permanentes. Esto trae consigo la
tecnificación progresiva de los sistemas constructivos y eventualmente, la
designación de una cabeza o líder que organice el trabajo y que establezca las
pautas a seguir en la parte formal y funcional. Al principio, la arquitectura
se remitía primordialmente a la construcción de ciudades relativamente
pequeñas, sin embargo y con el florecimiento de grandes civilizaciones como la
antigua Grecia, los arquitectos empezaron a separarse de la clase trabajadora
para convertirse en aliados de los emperadores en la construcción de elementos
arquitectónicos con alto valor religioso e institucional. Por ejemplo, se conocen
hasta el día de hoy, algunos de los arquitectos más renombrados de aquella
época, como Ictino y Calícrates quienes
proyectaron el Partenón (447-432 a.c) o
el mismo K'inich Janaab' Pakal (23 marzo
de 603-28 agosto de 683)….arquitecto-rey Maya que proyectó grandes obras
arquitectónicas como el Palacio de Palenque en el estado mexicano de Chiapas
Se conocen
también, algunos arquitectos responsables del periodo gótico ( siglo XI-XV aprox)
como Guillermo de Sains, responsable del diseño y construcción de la Catedral
de Canterbury en Inglaterra. Además, durante
el Renacimiento (siglos XV y XVI) y con el patrocinio de reyes y papas, se construyeron
grandes obras como la plaza de San Pedro
(1656 y 1667) obra de maestro arquitecto Gian Lorenzo Bernini (1598-1680).
Durante
épocas más recientes nombres como Antoni Gaudí (1852-1926) y Frank Lloyd Wright
(1867-1959) fueron creadores de monumentos arquitectónicos que se convertirían
en referentes a nivel mundial de la arquitectura e inspiración de muchos
arquitectos contemporáneos. Entonces,
si la arquitectura es una disciplina tan antigua y tan respetada desde tiempos
inmemoriales, porque en este país los arquitectos son considerados meros “firma planos”. Cuál
es la diferencia entre firmar un plano y diseñar, planificar y asesorar una obra?
Y no menos importante, cual es la diferencia entre un arquitecto y un ingeniero civil?
El proceso de diseño arquitectónico
Existe un
proceso de diseño. Este proceso es como una relación amorosa entre dos personas.
Si existe buena comunicación, respeto y transparencia las cosas saldrán bien.
La buena química entre el cliente y el arquitecto es fundamental para llegar a
buen puerto. El proceso de diseño arquitectónico se divide en tres etapas primordiales:
Estudios preliminares y anteproyecto: En esta fase, se realizan las
entrevistas iniciales con el cliente para determinar lo que quiere, por ejemplo,
materiales, área y costos. También se realizan visitas al sitio para determinar
si el terreno está en condiciones físicas y legales para proceder con el proyecto.
Posteriormente se entrega la primera idea generalmente representada a través de
maquetas físicas o digitales y planos en dos dimensiones con distribución de
espacios e intenciones constructivas.
Después de
la aprobación de la primera fase, se procede a la fase de planos constructivos y visado de planos en el colegio respectivo.
Aquí se detallan los planos y se agregan toda la información que se
necesita para que el maestro
de obras pueda construir la obra, incluyendo detalles constructivos,
materiales, diseño mecánico y eléctrico entre otros. Además se agrega la firma
del profesional responsable de la obra.
La tercera
etapa es la de dirección técnica,
que consiste en inspecciones periódicas. Dos inspecciones semanales es el mínimo
que estipula la ley. Esta parte es de
vital importancia puesto que determina que las cosas que se establecieron en los
planos constructivos se lleven a cabo tal cual fueron decididas.
Entonces,
si el proceso de diseño y construcción implica tanto trabajo, esfuerzo y responsabilidad,
porque la gente cree que una firma es suficiente y que se pueden omitir pasos y
hasta información para abaratar los costos de visado de planos y demás?
Esto puede
deberse a varios factores:
1.
La
poca trayectoria arquitectónica de nuestro país. Hasta hace poco más de 20
años, la arquitectura era una disciplina para las clases pudientes.
2. La mayoría de familias de clase
media alta y media baja preferían construir y esperar la multa de la
municipalidad que hasta hace poco, consistía en pagar la suma de 35 000 colones
(aproximadamente $70) más la presentación de un croquis.
3. La gente no entiende ni valora la
importancia del buen diseño y de contar con espacios debidamente distribuidos,
ventilados, iluminados y debidamente proporcionados.
Lo ven como algo prescindible y por tanto algo por lo cual no vale la pena
pagar. Mejor invertir esta plata en construir una habitación más o una sala más
grande.
4. Muchos profesionales se prostituyen
y se prestan a cobrar sumas ridículas por el visado de planos. Esto hace
difícil cobrar lo establecido ya que siempre existe la “otra opción”
Entonces, se
devela ante el arquitecto una gran encrucijada. Cobrar lo que establece la ley
y arriesgarse a no tener mucho trabajo, o
prostituirse, olvidarse del diseño y simplemente firmar planos a ciegas para poder
sobrevivir?
El gran problema
de la segunda opción, es que se convierte en un círculo vicioso. Pronto el
diseño y la calidad de vida de los usuarios, la parte simbólica, de identidad y
el buen gusto pasan a segundo plano y esto desemboca en obras de calidad mediocre
estética, estructural y funcionalmente.
Por otro
lado, se tiende a confundir los arquitectos con los ingenieros. Ahora bien,
¿qué hace cada uno? ¿Cuál es más importante? En primer lugar la arquitectura es
una disciplina que se mueve entre las artes y la ciencia, existe una fase conceptual,
una parte espiritual, que no se puede explicar con palabras, pero que es el
embrión que da origen a la obra arquitectónica, esta fase es alimentada por la
identidad, por las necesidades del usuario o por la necesidad de transmitir un
mensaje. Sin embargo, existe una contraparte material, la estructura, los costos,
la parte funcional, el clima, para citar solamente algunos, que son también de
vital importancia para que la obra se concrete y funcione de manera exitosa.
Moverse de
forma versátil entre ambos campos determina la calidad final de un proyecto.
Un ingeniero
civil por otro lado se encarga solo de la parte material de una obra. Esto es
básicamente, asegurarse que la obra sea estructuralmente viable y segura para
sus ocupantes. Además asesora al arquitecto en materia de proporciones de
materiales, por ejemplo cantidad de acero requerida en columnas, vigas y
fundaciones de concreto armado. Un ingeniero no es un diseñador, solamente
sigue formulas preestablecidas, sin embargo, su criterio es muy vital para
asegurar la integridad estructural de la obra. En este sentido, un arquitecto y
un ingeniero, son igual de importantes, y mientras existan buenas relaciones y
respeto entre ambos, las cosas fluirán con éxito.
La arquitectura como moda
Actualmente
a la arquitectura se le agregan adjetivos como sostenible, retro, deconstructivista,
de vanguardia, minimalista y otros. Sin embargo, no debemos olvidar que la
arquitectura es solo una. La forma final es producto de variables conceptuales,
contextuales, funcionales, culturales y más. En este sentido, un arquitecto no
puede hacer arquitectura orgánica solamente, o minimalista solamente. Cada proyecto
tomara la forma que dicte la combinación e interacción de todas estas
variables.
Louis Khan,
uno de las grandes arquitectos del siglo XX decía que el espacio donde se va a
construir un edificio “quiere ser”, haciendo referencia a la identidad. Si
negamos la identidad que se sugiere, estaremos forzando su naturaleza y consecuentemente
existirá siempre conflicto entre las fuerzas que enlazan los espacios, provocando
perturbaciones entre sus usuarios.
La
arquitectura es más que todo una necesidad del ser humano. El espacio que
habitamos debe tener tanta importancia como nuestra propia salud. Contar con la
asesoría de un buen arquitecto es tan importante como tener un buen dentista o
un buen abogado.
Así que
atrévase a experimentar la magia de la arquitectura. La magia de crear no solo
edificios, pero comunidades más agradables y humanas. Espacios que se vuelvan
una extensión de nuestra piel y nuestra personalidad.